jueves, 21 de noviembre de 2013

Party en Cíes y Licantropunk

Después de pasar dos días en la Gran City, riendo, bebiendo y comiendo con dos majísimas personas, vuelvo a Huesca y me uno a la insaciable cuadrilla (Mikel, Martín, Alberto y Roger), con los que pasaremos dos estupendos días en Cienfuens. Dos días repletos de ilusión, valor, buenos momentos, diversión y frío, bastante frío. 
Roger llegó al pie de vía y con los ojos brillantes de excitación nos pregunta si podía empezar.
No se le podía decir que no, era un niño con ganas de jugar en el parque de juegos.
Roger, Mikel y yo fuimos a la vía Party en Cíes. Una vía entretenida, mantenida y con estilo. Se trata de una de las creaciones de Javi and company, en la cual tienes que esmerarte para no salir por los aires. Tiene alguna zona muy pero que muy entretenida, en las que la concentración va aumentando por momentos y cada movimiento es pausado y minuciosamente calculado.
Roger en el segundo largo, fino y delicado.
Como suele ser habitual en una cordada está el que engaña y el engañado. Normalmente los papeles no cambian... me vuelven a engañar. Aunque tampoco importa. Esa emoción que vives dentro de ti al no saber cual será la sorpresa que tus compañeros te están guardando. La única información es la obtenida a través de la historia de volar y acariciar las hojas del árbol, de lanzamiento al cordino a dos manos, etc.
En el largo reservado, que bonito. Una apertura con estilo e implicación.
En este largo los aperturistas se esforzaron por dejar poca cosa y les quedó de maravilla. Es buenísimo. Lo tiene todo: semi-desplome con canto, chorreras, diedro fino, placa fina con ausencia de chapas, etc. Es el largo estrella de la vía, sin menospreciar a los demás eh.
Mikel en el 6º largo, demasiado duro.

Una imagen vale más que mil palabras.

Dos seres autóctonos capaces de fichar líneas con los ojos tapados. Igual se sirven del olfato...
Al amanecer del miércoles la temperatura había descendido 7 grados. El viento empezaba a ser gélido, se podía saborear el inminente bocado: el manto blanco y cristalino ha llegado. 
Había algo que no había descendido, y eran las ganas. No se qué dentro de mi me sacó de la cama con intensidad y energía. Ni café ni leches, la "motivación" puede con todo.
Al llegar al pie de vía, esta vez con Mikel, no importaba el frío, había que empezar a escalar. Había que relajar un poco el cuerpo y darle la droga de cada día. Pero, cuanto más le das más quiere. 
Mikel en el segundo largo, guapísimo. El sol le pone a punto la roca y él va a por todas.
La vía elegida fue la Licantropunk, una maravilla más de Cienfuens. Tiene largos brutales, aunque a simple vista engañen. A veces escalas por una sucesión de agujeros o regletas muy elegantes. Te hacen sufrir y sacar tus movimientos más secretos y enérgicos para dar con la siguiente reunión.
Animado por lo visto también ataco.

Al final del tercer largo.
Cienfuens nos ha dejado pasar dos días tremendos, esperemos que nos vuelva a dejar para repetir.
Mikel en el último largo. A simple vista malo, pero al escalarlo muy bueno.
Lo más importante de todo esto no es la vía que hagas o lo que llegues a encadenar, no. Lo verdaderamente valioso son la gente, los amigos, con los que has podido compartir esos ratos jugando al juego que a ambos os gusta y os une. Con ellos y ellas, y no con lo que has hecho, podrás volver a compartir sueños.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Vàndals y Pilastra dels Voltors

Parece que el viento norte empieza a acariciarnos la cara un año más. Ya llega el fresquito y el buen tacto, las reuniones colgadas en las qué los pies se vuelven insensibles y las manos empiezan a coger un tono más amarillento, junto con una movilidad peculiar. Esos largos en los que escalas sin sentir quejas por parte de los pies y consigues no llegar a la siguiente reunión sudando como un pollo salido del asador. Sí, escalar con ropa mola.
Junto a Olatz y Carlos pasamos el finde en Montrebei, en la Pilastra de la pared de Aragón. Alojados en la Gîte de la balsa, a solo 150 metros de la valla; de esa que marca el inicio de una pista larga a la ida y extra-larga a la vuelta. La siguiente con las bicis!
El sábado escalamos la Vàndals empezando desde la vira. Fuimos bajando y bajando y bajando hasta encontrarnos con un espolón claro y visible a la derecha. Ale, ahora para arriba. Y empezamos a escalar los 3 primeros largos semi-guarrillos. Aunque daba igual, el objetivo motivante estaba arriba, la placa gris y naranja que podíamos divisar desde abajo tenía una pinta espeluznante, aquellos 5 últimos largos tenían que ser buenos por cojones. Y sí, los fueron.
El día se intuía bueno, un poco caluroso, pero agradable. Estábamos solos, un gustazo.

Y por fin, llegamos a la placa. Predominaban las regletas, los agujeritos y los puentes de roca. Cuatro hierbajos en el primer largo que luego desaparecen para dejarnos navegar sin obstáculos a lo largo de un océano gris y naranja. 
El segundo largo de placa, el final apoteósico.

Olatz baila entre los cantitos y agujeritos.

El tercer largo de placa, buenísimo de principio a fin.

Las horas de luz van menguando y empiezan a brillar los últimos rayos de sol en la pared de Cataluña. A nosotros todavía nos quedan un par de largos y una caminata monótona hasta llegar al queso y las patatas fritas de bolsa. 
Tras una tarde-noche llena de dudas de qué hacer y de qué no hacer, terminamos volviendo a la Pilastra, esta vez a la Pilastra dels Voltors. Ésta era nuestra intención en un primer momento, aunque la hicimos con una pequeña variante. En el segundo largo nos metimos por una vía entre la Puñalada Trapera y la Pilastra dels Voltors. La segunda reunión la tiene a la misma altura que la Pilastra dels Voltors pero 5 o 7 metros a su izquierda. Menos mal que llegando a esta nos dimos cuenta y pudimos pasarnos a la reu de la Pilastra por la "laja móvil"... si alguien sabe cual es me gustaría saberlo.
De aquí para arriba todo fue estupendamente y fluido. Los largos fueron sucediéndose uno detrás de otro, sin parones y sin interrupciones. Con algunos tramos un poco menos buenos que el resto. Mirando la reseña son largos que no llaman demasiado, pero luego te impresionan a bien.
Han sido dos buenas vías junto a dos mejores personas. Animan y dicen la verdad, así da gusto!!

jueves, 7 de noviembre de 2013

El Naranjo siempre deleita

El Picu sigue siendo un sitio salvaje si te acercas en temporada baja y, su pared Oeste, sigue impresionando tanto como el primer día que la vi. Es un paraje único, diferente al que estamos acostumbrados. Las dimensiones rocosas y los desniveles de Picos de Europa son algo asombroso, es brutal. 
El clima a principios de octubre no tiene por qué ser cálido, pero aún nos respetó. Los primeros días llegamos a pasar calor y al final... acabamos asqueados del frío y con ganas de huir de la típica humedad Asturiana. Se te mete hasta la médula ósea... ufff

Rubén en los primeros largos de la Murciana. 
Miguel en uno de los largos apoteósicos de la Murciana. La roca te va limando la piel hasta llegar a la primera capa, esa de color rosáceo, la cual te indica que has disfrutado y escalado como nunca.
El primer día Oscar y yo hicimos la Rabadá-Navarro. Una gozada de vía, sobre todo si la pillas toda para ti solo... Hay largos (sobre todo los primeros) que se empiezan a parecer al mármol, pero otros son geniales. Es impresionante pensar como coño tuvieron la valentía de meterse por ahí!!
Oscar al final de la travesía. Antes de empezar los diedros. Es una vía histórica que merece la pena hacerla tan solo por ver e imaginarse cuando la abrieron.
Al día siguiente fuimos Rubén y yo a hacer la Cuélebre. Nos sorprendió, no teníamos demasiadas referencias de amigos que la habían hecho y telaaaa!! Es buenísima y con un grado bastante asequible para lo que te puedes encontrar por estas placas. Agujeros, fisuritas y placas hacen una vía imprescindible del Naranjo, en la que, igual, días de mucha gente en la Rabadá, Murciana, Directísima, etc. en esta no te juntas a nadie.
En la parte de arriba empezó a hacer calor. Aquí hay dos largos brutales. Un 6a+ y el siguiente, son verticales o ligeramente desplomados con gotas de agua y buena roca.
En el segundo largo de la Cheroki Way. Muy buena vía y bastante mantenida. Nos sorprendió algún largo de plaquita de los de arriba... en algún momento había que apretar el culo y estabas en un 6b.. Aun siendo más corta no te dejaba insatisfecho.
No todo iba a ser sol.
En la Cheroki Way
El final de la vía la Festa del Paca.
El team del Naranjo al completo. Falta Sergio y Tomas, los guardas del refugio, que nos trataron y nos alimentaron de maravilla. Que buenos esos cocidos!!!
Volveremos con más fuerzas y más yemas cargadas de adrenalina.