jueves, 26 de abril de 2012

La Barra del Bar.

Si mirais la reseña de esta vía no os llamará mucho la atención por grado duro o expuesto o algo similar. ¡¡Pero la cosa no es así!!
Nosotros fuimos desde la campa, y no es que esté muy cerca. Empiezas a bajar a bajar a bajar y a bajar. Y cuando derrepente ves, a la derecha, una canal con una cuerda fija (mejor no usarla) subes por élla a la vira. Nosotros, por la canal que subimos, aparecimos al pie de vía de la ''Barra del Bar'', pero no encontramos el comienzo hasta pasada una hora dando vueltas para arriba y para abajo por la vira.
Cuidado!!!!!! Hay una inscripción, pero no está en la pared, sino en un bloque pegado a la pared. Parece una chorrada pero . . . 
Cuando empiezas a escalar te cagas en la persona o personas que te han recomendado hacer esa vía. Los dos primeros largos son una cantera, con tramos rotos y otros muy rotos. Pero tranquilos! No ha sido ningún tipo de venganza por la persona que la ha recomendado.
Después la roca cambia y empezamos con una roca gris y de muy buena calidaz.
En la tercera reunión nos encontramos con la cosa más espectacular de toda la línea. Una cueva que cruza un cacho de pared de un lado a otro. En la foto se aprecia la tímida luz que entra por el otro orificio.
Empieza lo cachondo!! Tras el bujero nos vienen los tres largos duros y de placa. Es curioso el estar apretando por encima de unos buriles y clavos (algunos medio salidos)  que no sabes si te aguantarían al sacar las alas. 
Los grados en la vía están bastante duros, ya que hasta en los cuartos y quintos hay que pensárselo dos veces. Éste es el sello de que sea una vía de los 80. Y en los tres largos de placa los grados todavía están más inciertos, puesto que es A0 o A1. A nuestro parecer el cuarto largo 6c, el quinto 6c+ o incluso 7a y el sexto 7a+.
Egoitz en el final del cuarto largo. En estos largos la roca es brutal.
Egoitz y Sergio en la cuarta reunión. Entre medio está el quinto largo, también precioso. A mitad del largo tiene un paso más duro que se puede hacerar estirándose un poco.
En el final de este largo te subes a una entosta, pegada a la placa, con unos cantos que te parecen enormes después de haber cogido los cantitos de la placa.  
Sergio llegando a la quinta reunión.
Egoitz llegando a la quinta reunión. Como veis el calor no era uno de nuestros problemas.
Y para seguir inchando los popeyes un largo mantenido y largo. Tiene 40 metros, pero te da la sensación de que nunca vas a llegar a la reunión. En este largo es en el que pone lo de clavar. Se veían algunos clavaderos marcadísimos, pero en éllos podías meter aliens. De todas formas (con el grado justo) no está demás llevarse algún clavito y un gancho, que algunos seguros no están para llegar facilmente de uno a otro.
Egoitz acabando el sexto largo. El final de este largo es finito de manos y pies. Una placa gris, sin ser totalmente vertical, en la que no abundan los cantos.
El último tramo de la vía está compuesto por cuatro largos de fisuras y chimeneas muy bonitos y bastante limpios. En estos largos los quintos son de cuidadín, pero se protegen relativamente bien.
Sergio en el octavo largo.
El noveno largo, el IV+. No era de estos en los que podías ir corriendo. A mitad de largo te pasabas a la izquierda a coger una chimenéa que te dejaba en la reunión de dos clavos a la izquierda, encima de la entosta.
Egoitz a mitad del noveno largo.
Egoitz llegando a la novena reunión. Como no cavía dentro de la chimenéa tuvo que ir por fuera en X.
El último largo. Una chimenéa desplomada muy bonita e impresionante.
La vía es totalmente recomendable y muy buena. Aunque no es para ir de paséo. Nosotros no llevamos clavos y pasamos bien. Si harán falta o no . . .

lunes, 23 de abril de 2012

El Cau del Sioux.

Un día ventoso y con nubes sueltas aparece ante nuestros ojos. Unas nubes que se irán desarrollando y cubriendo todo el cielo. Un día en el que, antes o después, acabará cayendo agusto. ''El Cau del Sioux'', una vía rápida y poco comprometida, perfecto!
Una aproximación corta y algo empinada nos lleva al pie de vía de la línea que nos conducirá a lo alto de la pared.
Esta vía situada un poco más a la izquierda de la ''Desequilibrio hormonal'' y a la derecha de una gran canal asciende la pared por una de las zonas más cortas de toda la pared de Cataluña de una manera poco obligada y divertida. En libre, en la mayoría de los largos aparecen pasos, pero éstos se pasan perfectamente con una pequeña  ayudita. Aun así la vía es muy bonita y recomendable.   

Egoitz en el primer largo. Un pasito de salida protegido con dos clavos, un poco de zig-zag y te plantas en la primera reunión.
El mismo en el segundo largo.
En el tercer largo. Una placa compacta y finita con un par de secuencias de tirar de cantitos para coger otro cantito.
En la misma placa. Después de esta zona más vertical se tumbaba un poco y en un grado más asequible ascendias hasta la reunión.
Sergio acabando el cuarto largo y Egoitz abajo. Este largo, el duro, está compuesto por tres pasos. Un primer paso explosivo para salir de la reunión, en la mitad un paso de subir los pies a donde tienes las manos cogiendo no se sabe que con las manos, y el tercero (a nuestro parecer el más cabrón) un paso de levitación. 
En el quinto largo. Un largo largo y muy bonito.
Egoitz está feliz, que se traerá entre manos . .
En la quinta reunión, comodísima y especial. Estás metido en una cueva, sentado, con los pies al viento fresco y con unas vistas inigualables.
El sexto y séptimo largo los empalmamos. Las cuerdas corren estupendamente.
Sergio en el octavo largo. Un primer tramo delicado y luego a gozar de cantazos en la chimenéa de Vº.
Un último largo con un paso de entrada bastante cabrón. Tienes un parabolt y de él cuelga una cinta larga que supuestamente tienes que poder chapar desde la repisa. Pues bueno, no era tan fácil llegar a la cinta. El viento la había levantado y con la ayuda de un palo y un comodín pudimos pasar la expres por la cinta. Lo malo de este paso es que si te caes (sobre todo de segundo) vas a sentir lo que es que te den por culo de una manera algo desagradable, ya que hay un arbusto acabado en punta que apunta directamente a el pompis del escalador.
Egoitz no teme al porculaje y se encarama al paso.

jueves, 19 de abril de 2012

Acabando con las fuerzas.

Como no, las lluvias tenían que llegar a Margalef, y con ganas además! Después de pasar toda la mañana del jueves metidos en uno de los bares del pueblo sin saber hacia donde tirar, a alguien se le iluminó esa bombillita que todos tenemos dentro del cerebro.
-¿Y si vamos a Alquezar? Allí siempre hace bueno-
-!¿Bueno, e oido la palabra bueno?! ¡¡Pues claro que vamos!!-
No todos compartíamos la misma idea. Unas no tenían mucha gana de escalar y vendrían a Alquézar a la noche. Otros se volvían a Iruña (pobres de nosotros, nos íbamos a quedar sin la casa-portátil y sin la estupenda compañía). Y Pitu y yo a conocer Alquézar, que dicen que es muy bonito, tanto el pueblo como el muro de la Colegiata.
¡Y no se equivocaban, menudo muro! Y menudas vias, cojonudas!
Pitu se divierte entre los cantazos de chorrera de un precioso 6c.


Una escalada agradecida, de las que da canto, a veces pequeño y a veces enorme.
Por la noche el castillo y el pueblo de Alquezar lo iluminan de tal manera que parece que es de día. Eso sí, por lo menos lo dejan muy bonito.
Para el siguiente día las chicas se nos unen y vamos a Rodellar. Un desenfreno de motivación! Que pasada! Nunca había visto tanta motivación en tan poco espacio. Las pruebas de enero no le llega ni a la suela de los zapatos! El uno que le dolía ésto, la otra que no tenía el día, que si no se encontraba bien, que si los cantos estaban patinosos . . . Lo dicho, la motivación por las nubes, pero desaparecida!!
Txuri escalando en las placas de la derecha de la Gran Bóveda.

Iker en una vía mantenida de 40 metros de placa, buenísima, rutón, 10 estrellas!!! Había dos igual de largas e igual de buenas.
El barranco vigilado las 24 horas del día por el pueblecito de Rodellar.
Y para acabar de nuevo a Alquézar. Esta vez con toda la tropa Rocopolisera.
En las chorreritas del comienzo del 6c. Un primer muro vertical da paso a otro desplomado y continuo.
Nos llegamos a juntar unos 14 escaladores. Seguramente sería de los días que más gente habría habido, y eso que hasta llovía a ratos.
Al cobijo del muro desplomado, cada uno con lo suyo y para arriba. El del desplome es Alvaro, en una de las vías más bonitas de todo el sector (creo que es la ''escorpio''). Continuidad pura, larrrrrrgaaaaaa y con final feliz.
Oscar.
Alvaro metido en todo el marrón y Luisa.
Nagore e Ivan. ¿Nagorito, a donde vas tu con tantas cintas? Pobre Diego, como lo engañó.
Aquí se acaba una Semana Santa friqui. Sin parar de hacer ésto que tanto nos llena con distinta gente en cada sitio, un lujo.