sábado, 18 de octubre de 2014

De la Aiguille Verte a Cienfriends

Semana y media después de la salida express a las Jorasses con Edu, volvíamos a estar calentorros, necesitábamos nuestra dosis semanal. Manu (otro caliente como ningún otro) y David también estaban inyectados con la misma droga y, además, estaban disponibles para hacer una salida de 4 días. Ni uno más ni uno menos; las jefas deben mandar en este negocio y no debe ser posible negociación alguna. Así que con nuestros días bien ajustados pusimos rumbo a Chamonix. Solo nos separaban 1100 kms de nada y unos cuantos peajes. Pero el caso es que al final no tuve que coger el volante (será que Manu no se fiaba de mi....jejej) y me llevaron como al rey; bien empapuzado!


Empezamos la aproximación en Argentiere.

Llegamos, dormimos en la super excepcional gite pribada y a la mañana siguiente para arriba. Se ve que el tiempo no estaba totalmente a favor y nos hizo cambiar de destino, eligiendo un "plan B" que acabó convirtiéndose en planazo. Pusimos rumbo a la Aiguille Verte, por el lado del glaciar de Argentiere. Sin teleféricos, sin trenes y sin tener que gastar dinero en estos sacacuartos; genial!! Solo había que gastar un poco de pierna y líquidos, pero eso no nos importaba, al fin y al cabo a ritmo suave no es más que andar.


Pequeña parada al acabar la pista. Menudos paisajes!

Conforme íbamos subiendo se empezaron a ver paredes, hasta que apareció ante nosotros la Verte. "¿Y mañana cual haremos? Esa de allí tiene muy buena pinta, no se cual será pero está a rebosar de hielo. ¿Vamos a esa? Venga vale!". Más o menos así fue nuestra dura decisión de a que vía ir, sin saber cual era, nos había engatusado con esa estética, fina y continua goulotte de la parte de arriba, 90 60 90.... ya nos tenía donde ella quería, éramos sus marionetas.


David, Manu y el Meninblack en nuestro lujoso vivac.

Cruzamos una parte del glaciar en diagonal hacia la base de la pared y encontramos una arista de roca que bajaba desde el teleférico de Grand Montets. A veces estaba oculta por el glaciar y otras sobresalía. En uno de esos riñones montamos el pequeño vivac: una cama de matrimonio y otra individual, con buenas vistas, nieve a dos metros, colchón cálido, casi sin viento (y eso que el foehn estaba pegando fuerte esos días) y con luz a partir de las 22h; la luna se encargó de que no estuviese todo oscuro y tenebroso.


Como le gusta posar...jajaja La línea que decidimos seguir al día siguiente.

A las 2 de la mañana suena el despertador, me despiertan con un codazo (que agradables...) y a desayunar un rico café (el secreto, para los que no lo sepan, está en echarle al agua dos kilos de azúcar mínimo). Unas ricas barritas de muesli con chocolate que entran como el agua y nada, a dar un paseo por el glaciar... pasemus más miedo que en la vía!!! Por lo menos en mi caso. Que me estaba, como quien dice, desvirgando en estos abruptos terrenos grietosos y no molaba demasiado. Pero, buscando, encontramos el buen camino. A bueno, y con la ayuda de un frontal de 240 lúmenes creo; yo que iba todo feliciano con la de 60 pensando que alumbraba la ostia, y ala, al garete.


Acabando el escudo de la magnífica gemelada al sol le dio por aparecer.

La línea por la que queríamos subir empezaba común con la Couturier. Como no, antes de empezar el escudo nos encontramos con las dichosas rimayas alpinas semi desplomadas.... en las que haces más fuerza que en toda la vía. Se trata de lo siguiente: una levantada de 2 o 2 metros y medio en la que llegas a clavar los piolets encima del muro "desplomado" de la rimaya, pero los cuales no te suelen obedecer habitualmente y se vienen abajo. Dicho de otra forma, nieve asquerosa! Y los pies los intentas clavar en el murete lleno de agujeros hechos por los anteriores visitantes, los cuales se van rompiendo con tu peso y consigues hacerlo más inclinado. Al final, a lo burrico, clavas los piolets una y otra vez y con paso rodilla o como sea, acabas saliendo. Pero, empezamos bien...jaja


David en uno de los dos largos de goulotte, excepcionales!

Ascendemos el escudo bastante ligeros, de noche, no se nos hace demasiado largo. Llegan unos largos con un poco de menos hielo y en los que aparecen algunos bloques a los lados, amanece. Tenemos la suerte de ir todo el rato por hielo, bueno, excepto en los momentos en los que por cenutrio le das demasiado fuerte a la pierna o al brazo y "cooonnnggg" tomaaaaa, toqué fondo!! Sacas el piolet, miras la punta y uiiii, sa doblado un poquito.

Chino chano, con algún momento más precareo que otros, vamos subiendo hasta plantarnos debajo de los dos largos de goulotte. Se veían geniales, estupendos, fantásticos!! Manu, que ya había estado haciendo unos años atrás la vía "Late to say I'm sorry", no reconocía esa zona. Decía que la que hicieron estaba más a la derecha de donde estábamos y que esa goulotte no sabía cual era. La subimos, disfrutamos, seguimos hacia arriba por un corredor escondido tras este muro de roca y acabamos en una arista. La seguimos hacia arriba y... tachán!! Ya estamos arriba!


En el primer largo de goulotte, está irreconocible.

La meteo había acertado, hacía viento en la otra cara. Y nosotros dimos en el clavo, ya que en la vía estuvimos protegidos y no nos pegó el aire en ningún momento. Ahora había que bajar, y como el Couturier no lo vimos del todo bien para ello nos fuimos hacia la izquierda, para acabar bajando por una serie de abalacovs a 55 o 60 metros. Lo malo es que no había un solo abalacov hecho, así que tocó currar. Y tras nosecuantos rápeles (que la puñetera pared tenía 1000 metros) y un largo extra para desenganchar un cabo de cuerda que le dio por quedarse junto a su amigo el abalacov, llegamos a tierra firme. 

Ahora solo teníamos que deshacer lo que habíamos hecho esa mañana y el día anterior. Es lo que tiene venir con poco tiempo; no te puedes quedar a dormir la mona en el apacible vivac, hay que bajar! Y con una mochila, unas botas, una frontal, algo de agua que se escapaba del cielo y una PEPSICOLA en la mano (un lujazo!!) acabamos llegando al coche a la hora de la cena.


Bajando por la misma cara. Máster en abalacov para nuestro guide!

Ya había llegado el cuarto día, tocaba volver a casita. Pero daba la casualidad que justo volvíamos un viernes, y después del viernes está el fin de semana.... así que había que buscar plan! Al final, no se como, creo que me acaban engañando Pirata y un tercer estafador para ir a Cienfuens a su vía nueva. El plan era bueno, porque si me levantaba jodido al día siguiente les diría que no iba y ya estaban dos para escalar, no habría problema. Peroooo, a las 10 de la noche el tercer estafador nos deja plantados, así que se jodió el plan, no había vuelta atrás, el sábado tocaba escalar!! Iujuuuu


Pirata en el primer largo de la vía Cienfriends.

Y allí que fuimos Oscar y yo a la vía Cienfriends. Una escalada placentera, con pasicos en los que tienes que apretar un poco más y con 4 buenísimos largos. Sobre todo, los mejores son el primero y el cuarto. De roca buena, con el material adecuado y muy divertidos de escalar.


En el último largo de la Cienfriends.

Creo que llevamos juego y medio de friends y fisus, y nos fue suficiente para hacerla. Llevábamos un estribo para el último largo, pero no hizo falta, en libre saldrá en torno a 7a o así. Más que nada es que la roca está un poco delicada en el primer tramo, pero se hace bien y luego llega un diedro super disfrutón y mantenido. De echo pensaba que iba a ser una vía más normalilla, pero me sorprendió gratamente! Es muy recomendable, para pasar un día tranquilo. Paseas un rato por la base de la pared viendo las demás vías, escalas los cuatro largos y vuelves tranquilamente por el final de la pared hacia el refu. La verdad es que no tenía ni una gana ni media de correr ese día, y acabó siendo estupendo, relajado y en buena compañía.


Un buen día, tranquilo. 

Ya tocaba descansar en casa y ponerse un poco al día. Y tras mirar un poco en internet y volver a hablar con Manu..... (un auténtico memori man), vimos que la vía que habíamos hecho en la Aiguille Verte era la LATE TO SAY I'M SORRY. Había estado comparando las fotos que hicimos con las que tenía de la otra vez y las fisuras de la roca y los bloques no engañaban, era esa, pero en condiciones excepcionales. Tenía más hielo de lo normal, tanto que no tocamos la roca. 

El misterio había sido resuelto, ya sabíamos cual habíamos hecho! jaja :)


2 comentarios:

Susana dijo...

Que bonitas fotos!
Sigues insaciable!
A disfrutar!

Iker Madoz dijo...

jijji gracias!!
Mientras se pueda...
Besarkada bat!