jueves, 19 de abril de 2012

Acabando con las fuerzas.

Como no, las lluvias tenían que llegar a Margalef, y con ganas además! Después de pasar toda la mañana del jueves metidos en uno de los bares del pueblo sin saber hacia donde tirar, a alguien se le iluminó esa bombillita que todos tenemos dentro del cerebro.
-¿Y si vamos a Alquezar? Allí siempre hace bueno-
-!¿Bueno, e oido la palabra bueno?! ¡¡Pues claro que vamos!!-
No todos compartíamos la misma idea. Unas no tenían mucha gana de escalar y vendrían a Alquézar a la noche. Otros se volvían a Iruña (pobres de nosotros, nos íbamos a quedar sin la casa-portátil y sin la estupenda compañía). Y Pitu y yo a conocer Alquézar, que dicen que es muy bonito, tanto el pueblo como el muro de la Colegiata.
¡Y no se equivocaban, menudo muro! Y menudas vias, cojonudas!
Pitu se divierte entre los cantazos de chorrera de un precioso 6c.


Una escalada agradecida, de las que da canto, a veces pequeño y a veces enorme.
Por la noche el castillo y el pueblo de Alquezar lo iluminan de tal manera que parece que es de día. Eso sí, por lo menos lo dejan muy bonito.
Para el siguiente día las chicas se nos unen y vamos a Rodellar. Un desenfreno de motivación! Que pasada! Nunca había visto tanta motivación en tan poco espacio. Las pruebas de enero no le llega ni a la suela de los zapatos! El uno que le dolía ésto, la otra que no tenía el día, que si no se encontraba bien, que si los cantos estaban patinosos . . . Lo dicho, la motivación por las nubes, pero desaparecida!!
Txuri escalando en las placas de la derecha de la Gran Bóveda.

Iker en una vía mantenida de 40 metros de placa, buenísima, rutón, 10 estrellas!!! Había dos igual de largas e igual de buenas.
El barranco vigilado las 24 horas del día por el pueblecito de Rodellar.
Y para acabar de nuevo a Alquézar. Esta vez con toda la tropa Rocopolisera.
En las chorreritas del comienzo del 6c. Un primer muro vertical da paso a otro desplomado y continuo.
Nos llegamos a juntar unos 14 escaladores. Seguramente sería de los días que más gente habría habido, y eso que hasta llovía a ratos.
Al cobijo del muro desplomado, cada uno con lo suyo y para arriba. El del desplome es Alvaro, en una de las vías más bonitas de todo el sector (creo que es la ''escorpio''). Continuidad pura, larrrrrrgaaaaaa y con final feliz.
Oscar.
Alvaro metido en todo el marrón y Luisa.
Nagore e Ivan. ¿Nagorito, a donde vas tu con tantas cintas? Pobre Diego, como lo engañó.
Aquí se acaba una Semana Santa friqui. Sin parar de hacer ésto que tanto nos llena con distinta gente en cada sitio, un lujo.

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