Después de un mes en las tinieblas por fin veo la luz. Se me presenta la oportunidad, busco en Internet y se me presenta un viaje con el inserso. Barato. Lo único la compañía; gente mayor, quisquillosa, ellos dicen que con costumbres yo digo que con manías, pero agradables a la vista y al tacto, que no al olfato.
Cargamos todo el autobús y salimos rumbo al país de los Ecrins, en busca del hielo que tan difícil era de encontrar en los Pirineos. Aquí tenemos plan A, B y C: Ceillac, Orres, Freissinières...
Los ánimos se avivan por momentos. Nada más hacer el viaje nocturno nos plantamos los trastos y a dar mamporrazos.
Cada día sudan más las manos mientras se discute y se decide lo que vamos a hacer el día de mañana. Las piernas se van cansando, los brazos pierden fuerza y eficacia en cada golpe y el tiempo lo siguen dando estupendo (no pudiendo tomarse un día de descanso con la escusa de que hace mal tiempo). Esto no tiene que ser bueno!!
Los del inserso, al parecer, se mantienen decentes y pueden tirar metros sin que les den tirones. Estos son verdaderos titanes que no se rinden fácilmente.
Que bonito es todo esto! Pero el valle de Freissinières está por encima del resto, es brutal!! Un paisaje asombroso, de los que te puede dejar sin aliento.
Algunas cosillas están algo más justas de hielo, otras en cambio siguen chorreando, aun con los 10 grados bajo cero que suele hacer.
A veces se nos pasa el tiempo demasiado rápido y para cuando te quieres dar cuenta estás corriendo hacia abajo en una carrera contra la sombra.
Esto suma y sigue sin parar, mañana más!!!
2 comentarios:
Si ya decia yo que la noche te confunde titan.Un abrazo
Pero solo un poquito eh!jaja
Besarkada bat!
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